Las nuevas tecnologías facilitan la gestión y dinamización de recursos culturales. Por eso, desde el proyecto europeo Ultreia-SUDOE se sirven de ellas para reactivar el turismo interior, especialmente, el vinculado a los Caminos de Santiago, a su paso por territorios rurales

El proyecto, liderado por la Fundación Camino Lebaniego, comenzó a desarrollarse en 2024 con el apoyo de otras entidades de España, Francia y Portugal. Desde España, trabajan la Fundación Santa María la Real, la Asociación de Municipios del Camino de Santiago Francés (AMCS), Amica y la Sociedad de Gestión del Plan Jacobeo. Desde Portugal la Faculdade de Ciências e Tecnologia, Departamento de Engenharia Eletrotécnica e de Computadores de la Universidade NOVA de Lisboa y el Município de Vila Pouca de Aguiar y, desde Francia, la Agence française des chemins de Compostelle.

Por ahora, ya se han realizado acciones importantes como la elaboración de una guía de buenas prácticas que permita que los caminos de peregrinación sean más inclusivos y accesibles. También se han creado paradas y los HUBS o grupos de trabajo que inciden en este aspecto y permiten una mayor dinamización de los recursos locales, implicando a la población de cada territorio.

Monitorización en puntos estratégicos

Una de las últimas acciones ha sido la instalación de diferentes equipos de medición de peregrinos o visitantes en seis lugares estratégicos de los Caminos de Santiago. En concreto, se han instalado en el municipio burgalés de Belorado, en los enclaves cántabros de San Vicente, Lamasón, Potes y el Monasterio de Santo Toribio y en Eauze, en Francia. En las próximas semanas se instalará otro punto de medición en Vila Pouca de Aguiar, en Portugal y en O Cebreiro, en Galicia. El objetivo es que estén funcionando en 2026 para facilitar el control de afluencia de personas en los Caminos de Santiago.

De la instalación de los sensores de medición se ha encargado el equipo de la Fundación Santa María la Real, utilizando la tecnología de su Sistema de Monitorización del Patrimonio (MHS). “En este caso, hablamos de tecnología ToF, es decir, una técnica de telemetría que se basa en infrarrojos y nos permite realizar el conteo, o a través de las señales que emiten los teléfonos de los peregrinos o visitantes, pero garantizando en todo momento su anonimato y la protección de sus datos”, explica Jose Carlos García, responsable del proyecto en la Fundación Santa María la Real. El sistema de la Fundación, se ve completado con otros dispositivos tipo Seeketing y EcoCounter ubicados en oficinas de turismo y espacios exteriores. Por ahora, la instalación funciona a modo de prueba y se espera que comience a arrojar datos precisos y fiables en 2026.

Paradas en el Camino y grupos de trabajo

Los puntos de control, coinciden en la mayoría de los casos, con lugares donde también se han establecido las “Paradas en el Camino”, concebidas como espacios físicos y virtuales de acogida, descanso e intercambio cultural para peregrinos y visitantes. “Ofrecerán servicios básicos e información, así como espacios para la población local, facilitando el encuentro con peregrinos y visitantes”, afirman desde el proyecto, para añadir que, además, actuarán como “escaparates de productos y servicios locales, para fomentar la economía circular, la sostenibilidad y el contacto directo entre productores y usuarios del Camino”.

Las paradas se han vinculado a albergues, centros de información u otros servicios ya existentes para garantizar la atención, la permanencia y aprovechar recursos. En concreto, se han ubicado en las localidades españolas de Potes y Lamasón, en Cantabria; Belorado en Burgos y O Cebreiro en Galicia. También se han creado sendas paradas en Vila Pouca de Aguiar (Portugal) y Eauze (Francia).

Junto a las paradas, funcionan los HUBS o grupos de trabajo colaborativos, que reúnen periódicamente a actores públicos, privados y comunitarios. “El objetivo es promover la participación ciudadana, la innovación social y la cooperación territorial, adaptando estrategias comunes a las necesidades locales”, señalan los responsables del proyecto

Ultreia SUDOE

Todas y cada una de las iniciativas de Ultreia SUDOE comparten principios como la inclusión, sostenibilidad, participación activa y respeto por el patrimonio. Son ideas piloto que pretenden generar experiencias replicables y fortalecer la identidad y resiliencia de las comunidades locales. Así, se refuerza el compromiso con un Camino de Santiago más humano, sostenible y conectado con los territorios que lo hacen posible.

Cabe recordar que el proyecto cuenta con un presupuesto total de 1.407.300 euros, de los cuales el programa europeo Interreg SUDOE, aporta un 75%, a través de fondos FEDER.