

Situada en un meandro del río Ega y rodeada de naturaleza, Estella-Lizarra es una de las joyas del Camino Francés y un punto clave para los peregrinos que recorren la ruta hacia Santiago de Compostela. Conocida como la Toledo del Norte y la capital del románico navarro, su historia, patrimonio y cultura hacen de esta ciudad un destino imprescindible en Navarra.
Historia
Estella-Lizarra nació en el siglo XI cuando el rey Sancho Ramírez, rey de Aragón y Pamplona, modificó el trazado original del Camino de Santiago para crear un nuevo asentamiento que ofreciera comodidad a los peregrinos. Desde entonces, la ciudad se desarrolló por y para el Camino, fomentando la convivencia entre habitantes y peregrinos y consolidando su papel como un importante cruce cultural y espiritual.
Patrimonio artístico y cultural
El rico patrimonio de Estella-Lizarra refleja su importancia histórica y su conexión con la Ruta Jacobea:
Iglesias: Santo Sepulcro (primera iglesia que encuentran los peregrinos al llegar a la ciudad), San Pedro de la Rúa y San Miguel.
Conventos: Destaca el convento de Santo Domingo, ejemplo del esplendor religioso y arquitectónico.
Palacios y casas señoriales: Palacio de los San Cristóbal y Palacio de los Reyes de Navarra, entre otros, muestran la elegancia y riqueza de la ciudad medieval.
Zona de juderías: Callejuelas que conservan la memoria de la comunidad judía histórica.
Estella-Lizarra es un museo al aire libre, donde la arquitectura románica y gótica convive con plazas, fuentes y calles empedradas que invitan a perderse y descubrir la historia en cada rincón.
Camino de Santiago
Como final de la quinta etapa del Camino Francés, Estella-Lizarra recibe a peregrinos de todo el mundo, ofreciéndoles hospitalidad y servicios adaptados. La ciudad combina tradición jacobea con la modernidad, y su relación histórica con la ruta queda reflejada en monumentos, albergues y la convivencia diaria entre locales y caminantes.
Tradiciones y festividades
Estella-Lizarra es una ciudad viva y festiva, con un folclore que destaca por:
Baile de la era y la gaita, expresiones culturales propias de la localidad.
Fiestas patronales: en mayo, agosto y diciembre, donde se celebran desfiles, conciertos, actividades culturales y eventos populares. Estas fechas permiten al visitante sumergirse en la vida y costumbres locales.
Gastronomía
La ciudad ofrece una gastronomía rica y tradicional, basada en productos locales de temporada:
Platos típicos: pochas (alubias blancas), calbotes (alubias rojas), gorrín, ajoarriero y cordero al chilindrón.
Postres: Rocas del Puy, Tarta de San Andrés y alpargatas.
Bebidas: vinos de la región y patxarán, licor típico de Navarra.
Como reflejó Aymeric Picaud en el Codex Calixtinus: “Estella, fértil en buen pan y excelente vino, así como en carne y pescado, y abastecida de todo tipo de bienes”, destacando la riqueza y hospitalidad de esta ciudad milenaria.
Actualidad
Hoy, Estella-Lizarra combina turismo cultural, histórico y gastronómico con la vitalidad del Camino de Santiago. La ciudad ofrece al visitante una experiencia completa: recorrer sus calles empedradas, admirar su patrimonio monumental, degustar sus sabores tradicionales y disfrutar de la hospitalidad de sus habitantes, manteniendo viva la esencia de la ruta jacobea.
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