Pilar Esporrín traspasa los muros de su casa física para convertir en su hogar el entorno que habita. Así lo plasma en sus obras donde, nuestra vida de animales va junto a la vegetal o mineral, habitantes todos de un mismo lugar, códigos binarios de la evolución.

Y lo hace a través de pinceladas llenas de luz y apasionamiento con un lenguaje cargado de simbolismo. El color, la geometría y sus personajes son tratados con una sutilidad que deja camino abierto a la interpretación. El espectador queda como frente a un espejo para que acabe la obra y la interprete según sus propios registros.

‘De nuevo al hogar’ pone el acento en la experimentación a través de los sentidos más que en la comprensión intelectual. En sentir los códigos que el mundo orgánico de la naturaleza nos pone delante y que nos pasan cada vez más desapercibidos si no aplicamos especial atención.

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