El New York Times cae rendido al norte de España con su Camino de Santiago. El diario estadunidense pidió a sus lectores que les contaran sobre los lugares que los han deleitado, inspirado y consolado en un año oscuro. Con ello ha publicado su mítica sección 52 Places to Go de las más de 2,000 sugerencias que recibieron, para recordarnos que el mundo aún espera.

Este es el fragmento que se corresponde al Camino de Santiago escrito por el periodista Sam Michaux.

«Mi abuelo y yo hemos recorrido cuatro rutas juntos en el Camino de Santiago. Tiene 80 años y es católico; Tengo 35 años y soy escéptico. Nuestros paseos fueron oportunidades sin distracciones para que él me transmitiera la historia familiar y una vida de sabiduría, salpicada de corridas de toros y tapas. Nuestra primera caminata fue en 2007 después de que murieran dos de sus hermanos. No esperaba disfrutarlo; la idea era que estábamos ofreciendo nuestros sufrimientos por nuestros antepasados. En cambio, me encontré apreciando tanto la meditación forzada como a los compañeros de viaje que conocimos en el camino. Hemos vuelto varias veces y hemos traído a diferentes miembros de nuestra familia con nosotros. He repensado los trabajos, las relaciones y la dirección de la vida a lo largo de cientos de kilómetros. Cuando entras en una ciudad, realmente hueles, escuchas y ves los cambios graduales de lo rural a lo urbano y viceversa. Mi padre murió recientemente. Mi abuelo y yo esperamos volver al Camino el año que viene y caminar los últimos 100 kilómetros de la ruta francesa en su nombre. Para mi abuelo, completar el Camino liberaría el alma de mi padre del purgatorio. Para mí, sería una oportunidad para reflexionar, en agradecimiento, con y por la familia que me queda.»