Sigüés

Sigüés, situado en un altozano dominando la ribera del río Esca y muy cerca de su unión con el Aragón, constituye la entrada natural al alto valle del Roncal. Su privilegiada localización, bajo la imponente Foz de Sigüés y frente a un paisaje de sierras, ríos y bosques, convierte a esta localidad zaragozana en un enclave donde confluyen naturaleza, historia y tradición. Además, su relación secular con el Camino de Santiago y su patrimonio defensivo y religioso la consolidan como un punto de interés cultural dentro del antiguo Reino de Aragón.

Historia

La trayectoria histórica de Sigüés está marcada tanto por su posición estratégica como por su vinculación a la monarquía aragonesa. Fue villa real ya a finales del siglo XI, integrada en la dote de la reina Felicia de Roucy, segunda esposa de Sancho Ramírez. Posteriormente pasó a sus hijos, los infantes Fernando y Alfonso, este último futuro Alfonso I el Batallador, quien mantuvo la posesión durante parte de su reinado.

Más adelante, la localidad fue segregada del patrimonio real y, a lo largo de los siglos XIII al XVII, pasó por diferentes linajes nobles. Entre ellos destacan figuras como Pedro Jordán de Urriés, uno de los principales señores del reino, y posteriormente la familia Pomar, barones de Sigüés, que dejaron una profunda huella en la arquitectura y la vida local.

La estructura urbana refleja esta evolución. Un primer núcleo altomedieval fue ampliándose con un barrio intermedio y con un sector fortificado, adaptado a las tensiones fronterizas con Navarra. Además, las murallas medievales englobaron progresivamente todos los barrios, reforzando el carácter defensivo del conjunto.

Patrimonio

El patrimonio de Sigüés se distingue por la convivencia de arquitectura religiosa, civil y defensiva, ofreciendo un conjunto que resume varios siglos de historia.
En primer lugar, sobresale la iglesia parroquial de San Esteban, un templo románico del siglo XII que, con el paso del tiempo, fue ampliado en estilo gótico tardío durante el siglo XVI. Su reinterpretación arquitectónica y su reciente declaración como Bien de Interés Cultural ponen de manifiesto su relevancia en la ruta jacobea aragonesa.

Asimismo, ocupa un lugar destacado la torre-palacio de los Pomar, construida en el siglo XV como residencia señorial. Su acceso mediante puente levadizo y su portalón apuntado, coronado por el escudo heráldico con las tres manzanas características del linaje, constituyen elementos singulares que evocan la importancia militar y nobiliaria de la localidad.

Junto a estos edificios, el casco urbano conserva numerosos ejemplos de arquitectura tradicional y restos de lienzos de murallas medievales. También forman parte del patrimonio las ermitas de San Juan Bautista y de Santa Ana, así como las antiguas aldeas de Miramont y Rienda, hoy pardinas, que recuerdan la vida rural y el poblamiento histórico del entorno.

Camino de Santiago

El ramal norte del Camino de Santiago, procedente de Jaca, atraviesa Sigüés tras cruzar el río Esca por su antiguo puente. Este itinerario, heredero del Camino Aragonés, convirtió durante siglos a la localidad en un punto de paso para peregrinos que se dirigían a Compostela.

Además, la existencia del hospital de Santa Ana, documentado en la Edad Media, confirma la función asistencial que Sigüés ofreció a los caminantes. A lo largo del término municipal, aldeas como Miramont conservan también vestigios de esta histórica ruta, consolidando a Sigüés como un enclave jacobeo de referencia.

Festividades

La vida festiva de Sigüés se articula en torno a tradiciones profundamente enraizadas. En primer lugar, destaca la celebración en honor a San Esteban, patrón del municipio, que reúne a vecinos y visitantes en torno a actos religiosos, comidas populares y actividades lúdicas que refuerzan el sentido de comunidad.
Asimismo, las fiestas de Santa Ana mantienen un vínculo directo con la antigua ermita homónima y con la tradición hospitalaria del lugar, ya que durante generaciones esta advocación fue protectora de caminantes y vecinos.
A estas celebraciones se suman encuentros vecinales y romerías, que, gracias a su carácter participativo, contribuyen a preservar la herencia cultural del municipio y a fortalecer la identidad colectiva.

Actualidad

En la actualidad, Sigüés continúa desarrollándose como una localidad que combina tranquilidad rural con un creciente interés patrimonial y turístico. La declaración de San Esteban como Bien de Interés Cultural, junto con la recuperación de edificios históricos, está potenciando nuevas dinámicas culturales ligadas al Camino de Santiago y al turismo de naturaleza.

Además, la cercanía al embalse de Yesa y a la Foz de Sigüés, un espacio natural que alberga numerosas aves rapaces protegidas, impulsa actividades de senderismo, observación de aves y disfrute del entorno. Paralelamente, la integración de aldeas históricas como Tiermas, Escó o Miramont en el término municipal ha reforzado el atractivo cultural del área, convirtiendo a Sigüés en un territorio de memoria, paisaje y patrimonio en continua revalorización.