Un año más, como desde 1996, en la burgalesa Atapuerca, se celebrá la recreación histórica de la Batalla de Atapuerca.

Acaecida el 1 de septiembre del 1054, supuso el enfrentamiento fratricida entre Fernando I, rey de León y conde de Castilla, y su hermano García Sánchez III, rey de Pamplona, que resultó mortalmente herido  en el combate. Según el Monje de Silos.

García, celoso de las posesiones de su hermano, atentó contra su vida aprovechando una visita de Fernando con motivo de una enfermedad que puso a García cerca de la muerte. Al poco, para hacer olvidar su atentado, o para sincerarse de él, García fue a visitarlo a su corte. Pero, como era de esperar, Fernando, poco dispuesto a perdonar la afrenta de su hermano, hizo que lo encerrasen. El navarro logró escaparse y deseando vengar la venganza que su hermano había cometido contra él, le declaró la guerra.

Los navarros, en el mismo campo de batalla, proclamaron sucesor a su hijo Sancho Garcés IV, el que sería después conocido como Sancho de Peñalén. Al difunto rey García lo trasladaron en procesión fúnebre al panteón que había mandado edificar en Nájera. Todavía hoy se puede visitar, en el lugar donde fue a morir el rey, una gran piedra con inscripción alusiva al acontecimiento que los vecinos llaman Fin de Rey.

La recreación se desarrolla cerca de la iglesia de San Martín Obispo, patrón de la villa, junto al Camino de Santiago, donde estuvo el límite entre Castilla y Navarra.

La Batalla de Atapuerca alcanzó, el 21 de marzo del 2017, el sello de «Fiesta de interés turístico de Castilla y León«