Ventosa

Ventosa es un pequeño municipio situado en la subcomarca de Nájera —en La Rioja—, asentado sobre colinas entre viñedos y robledales, a pocos kilómetros de Logroño. Con una población modesta (menos de 200 habitantes en los últimos censos), conserva un evidente sabor rural y una fuerte identidad, donde se entrelazan historia medieval, tradición vitivinícola y la hospitalidad jacobea. Sus tierras, su arquitectura tradicional, la proximidad a los viñedos y un paisaje sereno lo convierten en una parada sugerente tanto para quien busca tranquilidad como para quien recorre el Camino de Santiago.

Historia

Las primeras referencias a Ventosa se remontan al año 989, cuando el rey Sancho Garcés II Abarca y la reina Urraca donaron viñedos de Nájera y Ventosa al monasterio de San Juan de la Peña. En el siglo XI ya aparece mencionado como villa en documentos del monasterio de San Millán de la Cogolla. Desde entonces, su historia se ha desarrollado bajo diferentes dominios —visigodos, eclesiásticos y señoriales— en una zona disputada entre reinos y señoríos, algo habitual en la zona fronteriza de La Rioja en la Edad Media.

Durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna, Ventosa conservó su carácter rural y campesino. Además, su población mantuvo una importante actividad comercial y de transporte: muchos de sus vecinos se dedicaron al comercio de productos como cerdos, vinos, miel o paños, viajando a mercados del norte de España. Estas familias fueron conocidas como “lechoneros” o tratantes, lo que dio al pueblo un carácter mercantil reconocido.

Aunque como muchos pueblos de la zona sufrió un descenso demográfico durante el siglo XX debido al éxodo rural, en los últimos años Ventosa ha mantenido su población e incluso ha registrado leves incrementos, continuando con su vida rural y su identidad local.

Patrimonio

El municipio posee un patrimonio variado y singular, fruto de su historia medieval, su tradición religiosa, su pasado comercial y su entorno rural. Entre los principales hitos patrimoniales destacan:

• Iglesia de San Saturnino: Construida en sillería sobre un cerro que domina el pueblo, es uno de los símbolos más visibles de Ventosa. Su origen medieval fue reformado en siglos posteriores, y su portada gótica del siglo XVI destaca por sus motivos decorativos con ornamentación vegetal y animal. En su interior conserva bóvedas originales de crucería, un retablo mayor de notable valor artístico —obra del arquitecto Martín de Nalda y del escultor Antonio de Zárraga— así como retablos menores dedicados a la Virgen Blanca y al Carmen. Entre sus imágenes hay tallas antiguas de devoción popular, que testimonian siglos de fe y tradición.

• Resto del tejido urbano tradicional: Las casas de piedra y adobe, el trazado empedrado, los pequeños rincones, las fuentes y los espacios comunes constituyen un patrimonio etnográfico valioso, que muestra la arquitectura popular riojana con su huella de siglos de vida rural.

• Vías históricas: antigua vía romana & Camino de Santiago: Se cree que una antigua vía romana —la llamada Vía de Italia a Hispania— pasaba por Ventosa, y que este trazado facilitó, ya en la Edad Media, su integración en las rutas de peregrinación. Más tarde, el Camino de Santiago consolidó esta función, lo que explica la existencia de un antiguo hospital de peregrinos —ya documentado en el siglo XII— en la villa.

• Paisaje rural y vitivinícola: Ventosa se sitúa en un entorno de colinas, cerros y viñedos, sobre el interfluvio Najerilla–Iregua. Sus tierras han sido cultivadas desde antiguo para la producción de vino, cereales y otros productos agrícolas, lo que forma parte de su identidad tradicional. Estas características naturales y agrícolas configuran un paisaje que combina historia, naturaleza y cultura rural, ideal para el turismo pausado y reflexivo.

Camino de Santiago

Ventosa ha sido históricamente parte del Camino Francés, gracias a su ubicación estratégica en la ruta hacia Nájera y más allá hacia Burgos. Esta tradición hace que la villa haya acogido peregrinos desde la Edad Media, ofreciendo hospitalidad y servicios.

Hoy el recorrido sigue vivo: muchos caminantes atraviesan sus calles empedradas, entran en la iglesia de San Saturnino, contemplan sus casas antiguas y se detienen a descansar. Para ellos, existe un alojamiento moderno, el Albergue San Saturnino, que ofrece hospedaje, supermercado, admite mascotas y funciona para quienes hacen el Camino.

De este modo, Ventosa combina su legado medieval con las necesidades del peregrino contemporáneo, conservando la tradición jacobea viva, sin perder su esencia rural.

Festividades

La tradición y la historia comercial del pueblo se celebran cada año con eventos populares que rescatan su pasado de trajineros, tratantes y comercio ambulante. El más destacado es el Mercado del Trato, una fiesta-mercado que revive las antiguas ferias de Ventosa: trajineros, juglares, artesanos, puestos de venta, trueques y degustaciones, todo ello acompañado de música, espectáculos y ambiente festivo.

También la devoción local tiene su espacio: la Virgen Blanca de Ventosa es la patrona del pueblo, y sus fiestas se celebran en torno al primer fin de semana de julio. La tradición religiosa se mezcla con lo popular: procesiones, misa, encuentros vecinales, comidas tradicionales y espacios de convivencia.

Estas celebraciones no solo mantienen vivas las costumbres, sino que ofrecen una experiencia única al visitante: historia, cultura, música, comercio tradicional y un fuerte sentido de comunidad.

Actualidad

Ventosa es un pequeño municipio que vive con tranquilidad y mantiene vivo su patrimonio, sus tradiciones y su vínculo con el Camino de Santiago. Su población ha estabilizado su descenso, y se observa tímido crecimiento gracias al interés por la vida rural, el turismo, el enoturismo y la revalorización de entornos rurales.

Gracias al albergue, al patrimonio cuidado (iglesia, casco urbano, entorno natural) y al impulso de eventos como el Mercado del Trato, Ventosa atrae cada año a peregrinos, turistas, familias y quienes buscan un rincón de historia y paz. Su localización, a unos 17 km de Logroño, le facilita las comunicaciones, haciendo de Ventosa un destino accesible sin renunciar a la serenidad del paisaje riojano.