Urriés-Ruesta

Urríes y Ruesta conforman un territorio singular dentro del corredor natural del río Aragón, en la entrada a las Cinco Villas y la Jacetania. Frente a paisajes de sierras, bosques y barrancos, estos núcleos comparten una historia marcada por la frontera, la vida rural tradicional y el tránsito continuo de peregrinos del Camino de Santiago. Mientras Urríes conserva su esencia de pequeño pueblo medieval habitado y muy cuidado, Ruesta representa el renacer de un enclave histórico que, tras quedar despoblado por la construcción del embalse de Yesa, ha iniciado en las últimas décadas un proceso de recuperación social, cultural y patrimonial.

Historia

La historia reciente de Ruesta está profundamente ligada a la construcción del embalse de Yesa, que en la década de 1960 anegó la mayor parte de sus huertas y tierras fértiles. La pérdida de estos recursos desencadenó un despoblamiento progresivo que alcanzó también a los cercanos pueblos de Tiermas (despoblado en 1962) y Esco (1966). Ruesta quedó sin población estable en 1965, momento en que contaba con 368 habitantes. La modificación de la red viaria y la desaparición de los cultivos del valle rompieron el equilibrio agrícola y ecológico del territorio, alterando irremediablemente su estructura socioeconómica.

Sin embargo, dos décadas después surgió un nuevo capítulo. En 1988, la Confederación Hidrográfica del Ebro cedió el uso de Ruesta al sindicato CGT, que desde entonces impulsa su recuperación como espacio cultural, social y de acogida a peregrinos. Urríes, por su parte, ha mantenido su continuidad histórica, conservando arquitectura, tradiciones y un tejido vecinal que ha logrado evitar el abandono propio de otras localidades cercanas.

Patrimonio

El conjunto formado por Urríes y Ruesta presenta un patrimonio excepcional que combina restos medievales, arquitectura popular y elementos ligados al pasado defensivo y al Camino de Santiago.

Por un lado, Urríes destaca por su caserío compacto, su trazado medieval y sus casas de piedra bien conservadas, ejemplo vivo de la arquitectura típica de las Cinco Villas. Sus calles en cuesta, sus portales adovelados y su paisaje urbano invitan a un recorrido pausado que conecta pasado y presente.

Por otro lado, Ruesta alberga un legado monumental de gran relevancia. Sus ruinas, sus calles antiguas y los restos del castillo medieval evocan el papel estratégico que desempeñó en tiempos de frontera. El enclave estuvo fortificado y contaba con hospital, iglesias y un núcleo urbano articulado en torno al Camino de Santiago. Aunque parte de su patrimonio se halla en estado ruinoso, los trabajos de restauración realizados en las últimas décadas han permitido recuperar edificios históricos, zonas de acogida y espacios culturales, reforzando su valor como lugar de memoria y convivencia.

Camino de Santiago

El Camino Francés atraviesa directamente Ruesta, convirtiéndolo en un hito emblemático para los peregrinos que recorren la ruta aragonesa. El recorrido cruza el río Aragón y discurre entre barrancos, bosques y laderas en un tramo de enorme belleza paisajística. La presencia del antiguo hospital medieval y de los restos urbanísticos vinculados a la ruta jacobea confirman la importancia histórica de Ruesta como enclave de paso, descanso y atención al peregrino.

Urríes, aunque ligeramente apartado, mantiene también una fuerte relación con el Camino gracias a su proximidad y al flujo constante de caminantes que buscan alojamientos, servicios o simplemente un desvío para conocer el rico patrimonio de la zona. El municipio participa activamente en iniciativas culturales, encuentros y actividades que refuerzan su identidad jacobea.

Festividades y Tradiciones

Las manifestaciones festivas del territorio conservan un carácter íntimo y profundamente rural. En Urríes se celebran diversas fiestas populares que, aunque pequeñas, mantienen viva la convivencia vecinal y la identidad local, mientras que en Ruesta las actividades están ligadas principalmente a los encuentros culturales y sociales organizados por la comunidad que trabaja en su rehabilitación.

De este modo, festivales, encuentros de artes, jornadas de convivencia y actividades vinculadas al Camino de Santiago se han convertido en elementos clave para dinamizar el lugar, actuando como puente entre habitantes, visitantes y peregrinos.

Actualidad

Urríes y Ruesta representan dos realidades complementarias. Urríes ha logrado mantener su población y continúa apostando por la conservación del patrimonio, el turismo sostenible y la vida comunitaria. El municipio desarrolla proyectos rurales, actividades culturales y propuestas de acogida que contribuyen a dinamizar el entorno y a poner en valor su riqueza histórica y natural.

Ruesta, por su parte, sigue inmersa en un proceso de recuperación social y arquitectónica. A través de la gestión del sindicato CGT, el antiguo pueblo se ha convertido en un espacio vivo que acoge peregrinos del Camino, jornadas de encuentro, talleres, cursos y proyectos culturales. Este proceso ha permitido devolverle protagonismo y convertirlo en un ejemplo singular de recuperación de un núcleo histórico abandonado.