Castrojeriz

Historia

Castrojeriz es una villa y municipio de la provincia de Burgos, en Castilla y León, enclavada en la comarca de Odra-Pisuerga. Su historia se remonta a tiempos muy antiguos: excavaciones arqueológicas en el cerro donde se asienta el castillo —conocido como “el Castro”— han hallado cerámica de la Edad del Bronce, evidenciando un asentamiento con más de 3.500 años de antigüedad.

El primer documento escrito que menciona la villa aparece en el Cronicón Albeldense, bajo el nombre de Castrum Sigerici, aunque con el tiempo evolucionó a Castro Xeriz. Su situación estratégica en tierras seguras tras la Reconquista y en pleno Camino de Santiago hizo que la localidad se convirtiera en una parada obligatoria para los peregrinos que se dirigían a Compostela.

El Camino de Santiago

Castrojeriz se caracteriza por su travesía longitudinal, la más larga de todo el Camino Francés, que se extiende por más de 2 km de calles históricas. Para los peregrinos que llegan desde el este, la primera gran sorpresa es el Hospital General de San Antón, a 2,5 km de la villa, considerado uno de los hitos más relevantes del Camino.

Al entrar en la villa, los viajeros se encuentran con la Colegiata de Nuestra Señora del Manzano, joya del arte religioso local, y la antigua Iglesia de San Nicolás, hoy desaparecida pero documentada en registros históricos. Continuando por la calle principal se llega a la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, reformada en el siglo XVIII, y al lugar donde se alzaba la Iglesia de Santiago de los Caballeros, hoy representada por un monolito que conmemora el antiguo Fuero de Castrojeriz.

En el extremo oeste de la villa, en la Plaza Mayor, se encuentra la Iglesia de San Esteban, gravemente afectada por el terremoto de Lisboa, que actualmente funciona como albergue de peregrinos. Finalmente, el Camino atraviesa la villa hasta la Iglesia de San Juan, símbolo de prosperidad en la Edad Moderna y testigo de las relaciones comerciales de Castrojeriz con Italia y los Países Bajos.

El recorrido por la villa se completa cruzando el río Odra por el Puente de la Vega o de Bárcena, de origen medieval y con doce ojos construidos para soportar las crecidas frecuentes. Tras pasar la Vega, el peregrino asciende al Páramo de Mostelares, desde donde se divisa la vega del Pisuerga, orientándose hacia la siguiente etapa en Itero del Castillo.

Monumentos y patrimonio

Castrojeriz conserva un valioso patrimonio ligado tanto al Camino como a su historia medieval:

Castillo de Castrojeriz, en lo alto del cerro, testigo de siglos de historia defensiva.

Iglesias y templos históricos: San Juan, Santo Domingo de Guzmán, San Esteban, San Nicolás y la Colegiata de Nuestra Señora del Manzano.

El Puente de la Vega, que unía la villa con el Páramo de Mostelares y facilitaba el paso de peregrinos y comerciantes.

Restos del antiguo hospital y monolitos conmemorativos del Fuero, que recuerdan la relevancia jurídica y administrativa de la villa en la Edad Media.

Castrojeriz en la actualidad

Hoy Castrojeriz combina su legado histórico con una vida local activa y acogedora para peregrinos y visitantes:

• Albergues y hostelería: La villa cuenta con varios albergues de peregrinos, hostales y bares donde los caminantes pueden descansar y degustar la gastronomía local, destacando los vinos de la Ribera del Duero y los productos típicos de la Tierra de Campos.

• Actividades culturales y turismo: Durante el verano se organizan rutas guiadas por el casco histórico y talleres sobre la historia medieval de la villa, además de actividades en torno al Camino de Santiago.

• Eventos y festividades: Se celebran las fiestas patronales en honor a San Antón y Santa Ana, así como eventos relacionados con el Camino, que incluyen exposiciones, conciertos y jornadas gastronómicas para visitantes y peregrinos.

• Desarrollo sostenible: La villa ha impulsado mejoras en accesibilidad, señalización del Camino y conservación de su patrimonio, combinando la preservación histórica con el turismo sostenible.

Un punto de encuentro histórico y jacobeo

Castrojeriz no solo fue un centro estratégico y defensivo, sino también un nodo cultural y económico dentro de la ruta jacobea. Sus calles, templos y plazas permiten al peregrino recorrer siglos de historia mientras continúa su camino hacia Santiago de Compostela, conectando la fe, la historia y la vida cotidiana de la España medieval con la actualidad.

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