

Arlanzón (Burgos)
Durante la Edad Media, el territorio de Arlanzón estuvo poblado por vascones. En el siglo XII, los habitantes de la zona, en los mercados de Arlanzón, solicitaron al rey castellano poder hablar en euskera, reflejo de la fuerte presencia vasca en el norte de la meseta. Su nombre aparece en el Poema de Mio Cid como “Arlançón”.
Historia administrativa y religiosa
Arlanzón formaba parte del partido de Juarros, en la categoría de pueblos solos, siendo uno de los catorce que componían la Intendencia de Burgos entre 1785 y 1833, según recoge el Censo de Floridablanca de 1787.
El municipio tenía jurisdicción de abadengo, bajo la autoridad del Monasterio de las Huelgas, cuya abadesa nombraba el alcalde ordinario. En su término municipal también se encontraba la abadía de Foncea o Froncea, que fue abandonada y quedó en ruina tras las desamortizaciones del siglo XIX.
Participación en la Guerra de Independencia
Durante la Guerra de la Independencia (1808‑1814), algunos vecinos de Arlanzón participaron activamente en la lucha contra las tropas napoleónicas. Entre ellos destaca Benito Aedo, natural de Galarde y soldado del 4.º Batallón de Iberia, quien murió el 4 de abril de 1813 en la cercana villa riojana de Valgañón, lugar estratégico de la retaguardia donde su batallón hostigaba a las fuerzas francesas en retirada de Burgos hacia Vitoria. Gracias a los registros parroquiales, se sabe que está enterrado en la iglesia parroquial de Tresfuentes, en la sepultura correspondiente.
Arlanzón hoy
Hoy, Arlanzón conserva su encanto rural, combinando patrimonio histórico y naturaleza. Destacan:
Entorno natural: valles y montes que rodean el río Arlanzón, con senderos señalizados para senderismo y cicloturismo.
Patrimonio religioso: restos de monasterios y templos medievales, incluida la iglesia de la villa.
Eventos y cultura local: festividades tradicionales y actividades vinculadas al patrimonio y al Camino de Santiago en la zona norte de Burgos.
Turismo rural: casas rurales y pequeños alojamientos que permiten disfrutar del paisaje, la gastronomía burgalesa y los viñedos cercanos.
El municipio combina así historia, tradición y vida rural activa, siendo un destino atractivo para quienes buscan tranquilidad y patrimonio en la provincia de Burgos.





