Un ambientador medieval

El conocido Botafumeiro de la Catedral de Santiago es un gran incensario de latón bañado en plata, de unos 150 centímetros de altura y unos 50 kilos de peso, que puede llegar hasta 100 cuando está cargado con el incienso.

Su origen es incierto pero ya aparece en el Códice Calixtino bajo el nombre de Turibulum Magnum, por lo que sabemos que en el siglo XII ya estaba presente en la Catedral. Su función no era otra que la de purificar la Catedral de Santiago ante la presencia de peregrinos llegados de las más diversas partes de Europa.

Debemos recordar que en la Edad media, numerosas iglesias y catedrales del Camino cobijaban a los peregrinos, por lo que los malos olores se concentraban en los templos. De ahí la necesidad de usar incienso para ahuyentar el hedor.

El tamaño del botafumeiro de la Catedral de Santiago obedece a las grandes dimensiones del templo y al hecho de ser el final del Camino, que concentraba a muchos peregrinos que concluían su peregrinación a Santiago. Hablamos, pues, de una especie de ambientador medieval que, afortunadamente, ha llegado a nuestros días.

A lo largo de todos estos siglos existieron varios incensarios. Hoy en día se conservan dos en la Biblioteca Capitular de la Catedral de Santiago. El más antiguo es de 1851, que es el que se utiliza actualmente, y el segundo es una réplica en plata realizada en 1971.

Ritual en la Catedral de Santiago

Más curioso que el propio Botafumeiro lo es, en realidad, el ritual con el que se mueve por la Catedral desde hace 800 años.

Ocho hombres, los llamados ‘tiraboleiros’, son los encargados de ponerlo en movimiento cargado de incienso y carbón. Tras atarlo a una cuerda con tres gruesos nudos frente al Altar Mayor, los tiraboleiros bombean el incensario tirando con fuerza de las cuerdas a través de un sistema de poleas. Ahí comienza un movimiento pendular que lleva al Botafumeiro desde la cúpula central de la Catedral hacia las naves laterales.

En su origen, el Botafumeiro se colgaba de unas vigas de madera cruzadas en el cimborrio del templo compostelano. Pero a partir del Renacimiento, el maestro Celma diseñó el mecanismo actual, basado en la ley del péndulo.

Así el Botafumeiro llega a alcanzar en un minuto y medio la velocidad de 68 km por hora y llega a formar un ángulo de 82 grados. El vuelo del Botafumeiro se realiza tras la Comunión mientras suena el Himno del Apóstol en los órganos barrocos de la Catedral. Son, en total 17 ciclos de vaivén, que quedan en la memoria de todo aquel que los contempla.

¿Cuándo funciona el Botafumeiro?

Por si alguno aún no lo ha visto o tiene ganas de volver a ver el Botafumeiro en acción, el Cabildo de la Catedral suele programar el vuelo del incensario en las siguientes fiestas:

• Día de Reyes – Epifanía del Señor (6 de enero).
• Domingo de Resurrección.
• Ascensión del Señor.
• Aparición del Apóstol-Clavijo: 23 de mayo.
• Pentecostés.
• Día de Santiago Apóstol: 25 de julio.
• Asunción de María: 15 de agosto.

Fuente: El Camino con Correos