Esta iglesia cuenta con un alto valor patrimonial debido a su origen románico y por ser representativa del tardogótico-renacentista burgalés. Y ya forma parte de la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra

Se dice que el Camino de Santiago es una experiencia transformadora para quien lo recorre, y así fue para esta pareja de peregrinos: Andreas Senge y su esposa Bettina. Desde la última vez que emprendieron la ruta, en 2017, tienen un objetivo claro: restaurar y salvar de la ruina la iglesia de San Juan Evangelista, una joya del gótico-renacentista situada en Villalval pedanía de Cardeñuela Riopico (Burgos).

Aunque el estado y la proyección de la iglesia no son nada alentadores, así lo demuestra su inclusión en la Lista Roja del Patrimonio, elaborada por la asociación Hispania Nostra. Esta entidad incorporó la iglesia el 26 de junio de 2025 y describe su situación de la siguiente manera: «La iglesia de Villalval se encuentra en un avanzado estado de deterioro. La torre ha sufrido un importante derrumbe y algunas de las bóvedas se encuentran a punto de colapsar». A su precaria situación se suma el hecho de que la iglesia no ha sido reconocida como parte del patrimonio protegido de España, lo que significa que no cuenta con ningún tipo de protección específica.

Sin embargo, la amenazante situación que se cierne sobre la iglesia —que podría tener origen románico— no ha frenado al matrimonio alemán, que describe la reconstrucción del templo y la recuperación de su antiguo esplendor como el «propósito de su vida». Para llevar a cabo esta complicada empresa, han creado la Asociación para la Rehabilitación de la Iglesia de San Juan Evangelista, que cuenta con una página web para quienes deseen conocer más de cerca el proyecto.

Además, esta no es la única iniciativa del matrimonio, que se ha involucrado activamente con los 25 habitantes —según datos del INE— de este pequeño pueblo. Una de sus propuestas consiste en incluir el paso por la localidad en este tramo del Camino de Santiago. Con ello, buscan dar mayor visibilidad a la iglesia, y Andreas Senge ha demostrado que atravesar el pueblo ahorra diez minutos de caminata. Para promocionar esta alternativa, ha elaborado numerosos carteles informativos sobre la iglesia, que ha distribuido en albergues de las localidades situadas en el Camino antes de llegar a Villalval.

A pesar de su estado actual y de llevar 40 años cerrada, la iglesia sigue siendo conocida como ‘la joya del valle del río Pico’, gracias a su belleza y alto valor cultural. Se trata de un templo de una sola nave con dos capillas laterales, un ábside rectangular formado por la sacristía y una torre. Se sabe que entre los siglos XV y XVI se llevó a cabo una importante renovación de su estructura, con el objetivo de cubrir la nave con bóvedas de elaborada tracería. Entre sus elementos arquitectónicos destaca el coro, tanto por el usillo que permite su acceso como por la balaustrada y la bóveda que lo sostiene. En cambio, la torre presenta un diseño más sobrio y, como ya se ha mencionado, se encuentra en estado de derrumbe.

Este nuevo reconocimiento ha servido como un impulso necesario para que se movilicen tanto recursos como voluntades en favor de la iglesia. Aunque pequeña, este templo es un testimonio valioso del legado religioso de la comarca. Hispania Nostra destaca que su importancia no está en su tamaño, sino en la delicadeza y el detalle de su decoración, que la convierten en un claro ejemplo del renacimiento rural en Castilla y León.

El estado de abandono de la iglesia de Villalval es solo una muestra de un problema más grande que afecta al patrimonio rural, especialmente en zonas despobladas o con pocas ayudas. La inclusión en la Lista Roja busca visibilizar esta realidad y generar un compromiso social e institucional que permita salvar y cuidar estos tesoros antes de que desaparezcan.