Seis concellos de la ruta cántabra y su fundación comparten experiencias con los alcaldes de la mancomunidad
Representantes del Camino Lebaniego iniciaron este miércoles una visita a los concellos gallegos del Camino Francés, que ven como «un ejemplo a seguir», apuntó la directora de la fundación del itinerario cántabro, Pilar Gómez Bahamonde.
Esta forma parte de la delegación junto a los alcaldes de los ayuntamientos de Camaleño, Lamasón, Herrerías, Cillorigo de Liébana. Vega de Liébana y Val de San Vicente, que son recibidos por la Mancomunidade de Municipios Galegos do Camiño Francés.
El viaje comenzó este miércoles en O Cebreiro y Triacastela para conocer sus principales espacios y albergues públicos y privados. La visita seguirá este jueves y viernes en el resto de ayuntamientos de la entidad gallega.
Para la presidenta de la mancomunidad y alcaldesa de Triacastela, Olga Iglesias, es «unha satisfacción» que los representantes del Camino Lebaniego «devolvan a visita», pues los municipios gallegos estuvieron en la ruta cántabra, en Potes, en 2023.
Establecer sinergias entre las dos rutas
«Estamos contentos de confraternizar, enseñarlles o Camiño Francés e que pensaran en nós para esta viaxe», señaló la regidora, quien espera que se puedan «establecer sinerxias» entre los dos itinerarios.
Para la fundación Camino Lebaniego y los alcaldes de esta ruta es «muy importante» el viaje porque es «como aprender de tu hermano mayor las buenas prácticas y ver dónde ellos tienen una recomendación para hacernos eco de ella», afirmó Pilar Gómez.
También sirve, dijo, para «ver que un Camino es un ente vivo en sí mismo y que da igual las diferencias de gestión de un Ayuntamiento u otro o el color político. Es igual, cada municipio es una perla de un collar«, que es cada ruta jacobea. «Para nosotros es unirnos más, ver que los municipios gallegos lo están haciendo maravillosamente bien, están muy unidos y son un conjunto», dijo.
Una experiencia para el peregrino
Durante estas tres jornadas observarán las concomitancias, las diferencias y las problemáticas que tienen unos y otros, que en ocasiones son las mismas. Comparten muchas circunstancias y tienen sus diferencias, pero al final las dos rutas buscan lo mismo: «que la experiencia del peregrino sea transformadora, que se desarrolle la hospitalidad, la acogida, y que sean un acicate para la sostenibilidad de todo el territorio y las poblaciones que atraviesan», como explicó la directora de la fundación.
Esta entidad es «joven», pero «de carácter permanente«. Antes, dijo, Cantabria se centraba más, por ejemplo, en sus años jubilares, que, al igual que los compostelanos, son «cada seis, cinco, seis y once años». Sin embargo, la fundación tiene el «carácter permanente de cuidar el Camino porque el año jubilar se va, pero el Camino continúa».
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