Santa Cilia

Santa Cilia es un municipio aragonés con profundas raíces históricas y una vinculación estrecha con el Camino de Santiago. Situado en un entorno estratégico del Pirineo aragonés, su historia refleja la vida rural, la influencia monástica y la importancia de las rutas de transhumancia y peregrinación que cruzaban la región. Con un casco histórico de gran interés, puentes y murallas medievales y tradiciones locales muy vivas, Santa Cilia ofrece a los visitantes un recorrido por siglos de historia y cultura.

Historia

El origen de Santa Cilia se remonta a la Edad Media, estrechamente ligado al Real Monasterio de San Juan de la Peña. Documentos del siglo X ya mencionan su existencia, y la villa pertenecía al monasterio, ubicado al sur del actual núcleo urbano. En la zona de las eras se encontraba la desaparecida ermita de Santiago o San Décimo.

En 1336, la villa estaba despoblada y destruida por la inestabilidad y las cargas impuestas a sus habitantes, iniciándose un proceso de repoblación, posiblemente organizado por el monasterio. La planificación del casco antiguo data del siglo XII o XIII, con un trazado ortogonal inspirado en la organización de un campamento romano, con seis manzanas de casas dispuestas de este a oeste.

Durante la Edad Moderna, la iglesia se reconstruyó en el siglo XVII, incorporando torre campanario y decoración interior barroca. En el XVIII se construye la muralla que protege la iglesia de las avenidas del río Aragón y se remodela el puente medieval, que originalmente tenía ocho vanos, conservándose hoy cuatro. Este puente fue un paso clave para la transhumancia, y hasta principios del siglo XX se cobraba peaje a los visitantes y al ganado forastero.

En la Edad Contemporánea, Santa Cilia se convirtió en ayuntamiento tras la desamortización de Mendizábal (1834). Su población alcanzó un máximo de 520 habitantes en 1920, iniciándose posteriormente un proceso de emigración a Argentina, Francia y distintas ciudades españolas como Barcelona, Zaragoza y Jaca, reduciéndose a 255 habitantes en 1970. En 1969 se incorporó el núcleo de Somanés, ampliando su territorio municipal.

Patrimonio

El patrimonio del municipio refleja su historia medieval y moderna, con edificios religiosos, civiles y elementos de infraestructura tradicionales. La iglesia parroquial reconstruida en el siglo XVII conserva pinturas murales en las capillas laterales y el retablo mayor del XVIII. La torre campanario y la muralla adyacente, construida para proteger la iglesia de las crecidas del río Aragón, son testigos del pasado defensivo del municipio.

El puente medieval sobre el río Aragón constituye un elemento clave del patrimonio, recordando la importancia del tránsito de personas y ganado en la transhumancia. Su estructura original de ocho vanos ha quedado reducida a cuatro, aunque sigue siendo un símbolo histórico de la villa.

El casco antiguo conserva la estructura medieval original, con calles rectas y perpendiculares que evocan la planificación tipo campamento romano. Destacan también la Casa Palacio o Casa del Clavero, construida por los monjes de San Juan de la Peña en el siglo XV como almacén y despensa, que hoy representa la riqueza arquitectónica civil de la localidad.

Camino de Santiago

Santa Cilia se encuentra en una ruta secundaria del Camino de Santiago, que conecta los pasos del Pirineo con rutas jacobeas interiores. Aunque no dispone de albergues públicos históricos, su casco urbano y la hospitalidad de sus vecinos ofrecen recursos para los peregrinos. La villa mantiene referencias jacobeas en la ermita de Santiago y en el puente medieval, que históricamente servía como paso para peregrinos y ganados. La relación con el Camino refuerza la importancia cultural y turística de Santa Cilia, atrayendo a caminantes que buscan un entorno tranquilo y de gran valor histórico.

Festividades

La localidad mantiene vivas sus tradiciones locales, muchas de ellas vinculadas a la religión y al ciclo agrícola. La fiesta patronal se celebra en honor a su patrón, con actividades litúrgicas, procesiones y encuentros comunitarios que reúnen a vecinos y visitantes.

Los eventos festivos combinan la devoción con la vida social y cultural del municipio, destacando la romería a la ermita de Santiago, que rememora antiguas tradiciones jacobeas, así como celebraciones vinculadas a la agricultura y al paso de las estaciones. Estas festividades fortalecen la identidad local y mantienen vivas costumbres centenarias, creando un vínculo entre historia, cultura y comunidad.

Actualidad

Hoy Santa Cilia es un municipio pequeño, pero con un fuerte atractivo turístico por su patrimonio histórico, su entorno natural y su vinculación con el Camino de Santiago. El pueblo mantiene servicios básicos para residentes y visitantes, y se han promovido iniciativas para conservar y poner en valor el patrimonio cultural, como la restauración de edificios históricos y la recuperación de espacios emblemáticos.

El municipio combina la vida rural con oportunidades para el turismo cultural y de naturaleza, consolidándose como un destino ideal para quienes buscan historia, tranquilidad y la experiencia de un pueblo pirenaico con raíces medievales profundas.