Un enclave de historia y paso jacobeo
Ubicada en la amplia meseta de la comarca de Tierra de Campos (provincia de Palencia, Castilla y León), Calzada de los Molinos es una pequeña villa cuya historia está íntimamente ligada tanto a las vías romanas como al Camino de Santiago. Su nombre habla por sí solo: Calzada alude a las antiguas calzadas romanas que cruzaban su término, y Molinos recuerda la presencia de numerosos molinos hidraúlicos en la vega del arroyo La Perionda.
Historia y evolución
Los primeros testimonios escritos de Calzada de los Molinos datan de un diploma del rey Alfonso VIII en el año 1176, donde la localidad aparece simplemente con el nombre de “Calzada”.
Era ya entonces un punto de paso de peregrinos, pues cruzaban por esta vía hacia Astorga, utilizando la antigua romana que unía Lacóbriga (Carrión de los Condes) con Astúrica Augusta (Astorga).
En documentos medievales también se menciona la venta de un molino en la villa en 1389, lo que demuestra que la actividad molinera formaba parte del tejido económico y social.
El tiempo dejó su huella en el templo dedicado a Santiago el Mayor. La iglesia de Santiago Apóstol, de origen románico, fue reconstruida y ampliada en los siglos XV a XVIII, manifestando un estilo gótico-mudéjar con tres naves y un artesonado de gran valor artístico.
Patrimonio destacado
Iglesia de Santiago Apóstol: Esta joya arquitectónica combina elementos románicos antiguos (vestigios en la torre), con un cuerpo principal de estilo gótico-mudéjar, artesonado de madera, y retablos renacentistas. Destaca una escultura del apóstol Santiago vestido como “matamoros”, insólita en su representación.
Molinos y vega de La Perionda: En la vega al pie del pueblo se conservan restos de antiguos molinos y actividades hidráulicas que alimentaron la producción cerealista durante siglos.
Vía romana / Camino de Santiago: El trazado histórico que atraviesa la villa sigue siendo parte del patrimonio caminero; los peregrinos del Camino Francés encuentran aquí un punto de paso poco alterado.
Qué ver y qué hacer
Caminar por la calzada romana visible en algunos tramos rurales del municipio, evocando el viejo paso de viajeros y peregrinos.
Visitar con calma la iglesia de Santiago Apóstol, detenerse ante su artesonado mudéjar, admirar el retablo mayor y contemplar la historia del arte local.
Pasear hasta la vega de La Perionda, ver los restos de los molinos, imaginar el murmullo del agua y sentirse en una tierra donde el cereal, el agua y la piedra han trabajado juntos durante generaciones.
Hacer una parada contemplativa en el trazado del Camino de Santiago que atraviesa el pueblo: bancos, señalización y entorno tranquilo para descansar.
Calzada de los Molinos hoy
Con una población que ronda los trescientos habitantes según los datos más recientes. La villa ha sabido conservar su identidad rural sin perder su conexión con el Camino y con el patrimonio histórico. En la actualidad se mantiene como un destino de pausa para el peregrino, para el amante de la historia y para quien busca contemplar la Castilla más profunda.
El municipio está correctamente señalizado, cuenta con servicios básicos y ofrece un entorno sereno, ideal tanto para un alto en la ruta como para una visita más pausada.
