Un rico patrimonio

El municipio de Mansilla Mayor tiene un rico patrimonio que hunde sus raíces en la época prerromana. Con tres zonas de interés arqueológico vinculadas a la ciudad de Lancia, no es raro ver restos de origen romano en viviendas, tierras de cultivo o monumentos.
El paisaje es otro elemento fundamental del municipio. Su situación en la confluencia del río Esla y Porma en la antesala de tierra de campos hace de Mansilla Mayor un lugar privilegiado de confluencia de especies animales y vegetales.

Iglesia de San Miguel

La iglesia de Mansilla Mayor, situada en el centro de la localidad, forma parte del itinerario de iglesias del Camino de Santiago. Puede visitarse durante los oficios religiosos o preguntando en el pueblo por la llave es posible que os la enseñen.

En época de Alfonso III (848-910) se establece en lo que hoy es Mansilla Mayor una pequeña población para el cultivo de tierras baldías. Próximos al año 1000, D. Rodrigo Muñiz, señor del lugar, donó el pueblo con su iglesia al Monasterio de S. Miguel Arcángel de León. Sus monjes cuidaron los aspectos religiosos y de culto. Desde entonces se mantiene como patrón a S. Miguel Arcángel.

En 1148, la familia de los Osorio adquiere de nuevo el pueblo y D. Julian Julianez lo dona, con su fuero, a la Abadesa del Monasterio de Gradefes. Sin embargo, párrocos y vecinos fueron los responsables de la construcción y del embellecimiento del tempo que fue edificado en los siglos XIV y XV sobre un solar en el que hubo otras construcciones más modestas.

La desamortización de 1855, dejó a la parroquia sin recursos propios.

Descripción general

El templo es de una sola nave, con dos laterales añadidos a mediados del siglo pasado; dispone de un arco toral que sujeta la estructura principal del edificio. Las medidas del cuerpo central son 18 metros de largo, 8 de ancho y diez de altura. La torre fue levantada por el maestro Don Francisco Calderón en 1657 sobre otra que estaba en estado ruinoso. El tercio inferior es de piedra natural levantándose con fábrica de ladrillo hasta su remate en triple alero de madera.

Artesonado mudéjar

De la misma época que la iglesia, cubre el techo de la zona central aunque inicialmente ocupaba toda la techumbre.

Es una zona a dos aguas, de tipo “par y nudillo”. Los laterales se sostienen mediante una hilera de pares interrumpidos a dos tercios de altura. La parte central está sostenida por una serie de maderos horizontales que forman el almizate.

La decoración de los faldones se denomina jaldeta, consta de tablas rectangulares decoradas con arquillos mixtilíneos de colores blancos y negros. En la parte plana y central, hay una trabazón complementaria de maderas cortadas a escuadra, con formas geométricas (labor de menado) que se completa con un perfilado en color claro (bandas de saetinos) que resaltan como formas estrelladas.

La pintura, aunque degradada, incluye excelentes representaciones de vegetales con colores vivos, rojos, verdes y azules típicos de la decoración mudéjar. Son característicos de este artesonado los trece rostros humanos de carácter burlesco, que hay en los canes que sostienen las vigas transversales o tirantes.

Artesonado de la capilla principal

Fue construido en 1709 por los maestros de León, Francisco Sánchez y Valentín Díez Portilla. A diferencia del artesonado mudéjar tuvo que retocarse varias veces realizándose la última limpieza a mediados del siglo XX.

Consta de multitud de piezas talladas y posteriormente ensambladas y claveteadas con labores de lazos. Destaca en pinjante o estructura central, con piezas alargadas y colgantes con varios angelotes que le dan un aire propio.

Altar mayor

En él destaca en Sagrario, obra de Juan de Juni. Tiene en relieve los cuatro evangelistas y en la portada la imagen de Jesús resucitado. La base del retablo está decorada con relieves atribuidos también a su taller. Las tablas principales representan a San Jerónimo, San Gregorio Magno, San Agustín, San Ambrosio y las tablas menores, a personajes del Antiguo Testamento.

El altar actual se debe a Juan de Ruesca en 1593 quien sigue el diseño de Gregorio Fernández y se inspira en las ideas contra reformistas del Concilio de Trento. Sus tres esculturas, San Pedro, San Pablo y la Virgen de la Concepción, son de 1644 y las pinturas, que presentan graves daños, se encargaron a Antonio de Vega.

Tablas góticas
Como elemento singular exento es muy destacable una predela de retablo gótico del siglo XV, con la representación de los Apóstoles sobre fondo dorado. Este elemento ha sido restaurado recientemente y ha revelado la perdida de piezas intermedias que presuntamente albergaban otras pinturas.

Iglesia de San Esteban

La Iglesia de Villamoros de Mansilla, del siglo XVI-XVII, presenta muros de tapial con verdugadas de ladrillo, pórtico cerrado y torre de planta cuadrada. Constituida por una nave con techo raso y faldones. Su cabecera es cuadrada y la bóveda de semiesfera.

El retablo es de pequeño tamaño, con un Cristo de tres clavos en la hornacina central y un san Esteban en la parte superior. En los laterales de la nave hay dos retablillos barrocos con sus correspondientes imágenes, algunas de ellas recientes.

El Monasterio Santa María de Sandoval

El Monasterio de Santa María de Sandoval es la joya de la corona del Patrimonio del Municipio de Mansilla Mayor teniendo la categoría de Bien de Interés Cultural y de monumento vinculado al Camino de Santiago desde 1931.

El monasterio se sitúa a las afueras del núcleo urbano de Villaverde de Sandoval. Se levantó sobre los terrenos una vez llamados Sotnoval (Saltus Novalis), que fueron donados en 1142 por Alfonso VII al conde Pedro Ponce de Minerva, quien en 1167 los otorgó al abad Diego Martínez y otros doce monjes Bernardos procedentes del monasterio de La Espina Valladolid para que fundaran un monasterio cisterciense. El monasterio poco a poco aumentó sus dominios con donaciones reales como las realizadas por Doña Urraca, en cuyo honor se debería celebrar una misa cada 25 de junio.

Se desconoce con exactitud la fecha de construcción de la iglesia si bien está probada la colaboración de dos maestros constructores: Dominivus Magister y Mícael el maestro (1202-1205).

En el siglo XV el monasterio fue ampliado por el abad Don Pedro de la Vega y un gran incendio producido a finales del siglo XVI obligó a una gran reconstrucción. Se levantó el claustro ya en el neoclasicismo del XVII.

El Monasterio estuvo habitado hasta 1835, cuando se abandonó debido a la desamortización de Mendizabal. Ya durante el XX sufrió un deterioro extremo. Gran parte de su patrimonio fue robado, sustraído o vendido. En los últimos años numerosas asociaciones así como esporádicas subvenciones de la Unión Europea o la Junta de Castilla y León han tratado de revertir esta situación de abandono sin mucho éxito.

Fuente: www.aytomansillamayor.com

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